Cantuña y el atrio de San Francisco
Hace muchos años, se construía el atrio de la Iglesia de San Francisco, donde trabajaba un indígena llamado Cantuña, responsable de terminar la obra. Pero el tiempo pasaba y el atrio no se concluía. Cantuña fue amenazado con ir a prisión por no cumplir el contrato.
Un día, cuando regresaba a su casa, de entre un montón de piedras salió un pequeño hombrecillo vestido todo de rojo, con nariz y barba muy puntiagudas.
Con voz muy sonora dijo:
- Soy Satanás, quiero ayudarte.
Yo puedo terminar el atrio de la iglesia antes de que salga el sol.
A manera de pago, me entregarías tu alma. ¿Aceptas?
Cantuña, que veía imposible terminar la obra, dijo:
- Acepto, pero no debe faltar ni una sola piedra antes del toque del Ave María o el trato se anula.
- De acuerdo - respondió Satanás.
Miles de diablos se pusieron a trabajar sin descanso. Cantuña, que miraba muerto de miedo que la obra se terminaba, se sentó en un lugar y se dio cuenta de que ahí faltaba una piedra. Cuando tocó el Ave María, logró salvar su alma.
- Soy Satanás, quiero ayudarte.
Yo puedo terminar el atrio de la iglesia antes de que salga el sol.
A manera de pago, me entregarías tu alma. ¿Aceptas?
Cantuña, que veía imposible terminar la obra, dijo:
- Acepto, pero no debe faltar ni una sola piedra antes del toque del Ave María o el trato se anula.
- De acuerdo - respondió Satanás.
Miles de diablos se pusieron a trabajar sin descanso. Cantuña, que miraba muerto de miedo que la obra se terminaba, se sentó en un lugar y se dio cuenta de que ahí faltaba una piedra. Cuando tocó el Ave María, logró salvar su alma.
El diablo, muy enojado, desapareció camino al infierno.
Cantuña quedó feliz y el atrio de la Iglesia de San Francisco se conserva hasta hoy en la capital del Ecuador.
CRISTO DE LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO |
llegó el toque del Ave María y el diablo triunfante se acercó para llevarse su alma, el hombre desesperado revisaba la obra y ¡oh!, ¡faltaba una piedra!.
Justo al rayar el alba, Cantuña se salvó y esa piedra, hasta el día de hoy, dicen que falta en el Atrio de San Francisco.
ESTA ES UNA DE LAS MARAVILLAS DE QUITO